¿Qué es un token ERC-721?

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Los tokens ERC-721 nacieron en la red de Ethereum, destacándose por su escasez o carácter único, lo que los ha llevado a alcanzar cotizaciones realmente inesperadas.

Es a raíz de ellos que poco más de un año después del boom de las plataformas de DeFi, la red de Ethereum, y como consecuencia todo el ecosistema crypto, se ve envuelto en una nueva explosión que está atrayendo no solo atención, sino también una enorme cantidad de capital.

Se trata de “la fiebre de los NFT”, pero detrás de estos coleccionables, cuyo valor radica en su rareza o escasez, encontramos un estándar que garantiza el buen funcionamiento de estos tokens que lograron revolucionar el mercado.

¿Qué es un token ERC-721?

Un token ERC-721 es una clase de token con ciertas características creado sobre la red de Ethereum. Estos fueron diseñados con el propósito de crear tokens que sean intercambiables pero que, a la vez,  tengan la particularidad de ser únicos y no fungibles.

Esto quiere decir que no existirán jamás dos ERC-721 iguales y eso hace que su rareza se convierta en una cualidad de valor para los usuarios. Justamente por eso, una de las principales aplicaciones que han encontrado los ERC-721, son los objetos coleccionables.

Historia de los tokens no fungibles

En junio del año 2017, algunos meses antes de la propuesta del estándar ERC-721, el equipo de Larva Labs lanzó el proyecto de CryptoPunks. Se trató de una serie de 10.000 NFT (token no fungibles) únicos e irrepetibles inspirados en la escena Punk Londinense, la cultura cyberpunk y ciertas novelas que dieron impulso a este movimiento. Cada uno de ellos, una simple imagen digital, poseé rasgos únicos e irrepetibles, lo que sumado al peso histórico de ser el primer gran proyecto de NFT generados en la red de Ethereum, proveen a cada CryptoPunk de un valor coleccionable extremadamente alto. El precio récord de venta, lo ostenta el CryptoPunk número 3100vendido por un monto de 7.51 millones de dólares.

Unos meses más tarde, el potencial de estos tokens alcanzó magnitudes inimaginadas con el fa<5ue elevaron el precio del gas a máximos históricos, superados recién un par de años más tarde durante el “verano DeFi”.

Inspirados en el código generado por estos dos proyectos, un grupo de desarrolladores, prop+o el estándar ERC-721. Posteriormente, organizaciones como Open Zepellin, se encargaron de auditar este estándar y ofrecerlo de manera gratuita a cualquier desarrollador que quiera implementar tokens no fungibles de manera simple y segura, debiendo simplemente copiar y pegar el código, para luego realizar sobre el mismo las modificaciones o adaptaciones necesarias.

La creación de metaversos y juegos “earn to play”

Tras estos exitosos experimentos, con este tipo de tokens, nos encontramos con el desarrollo o creación de metaversos.

En simples palabras, un metaverso es un universo digital en el cual seres humanos interactúan entre sí representados por medio de un avatar o personaje virtual.

El caso de Decentraland, metaverso basado en NFT y deployado en la blockchain de Ethereum, es sin dudas el de mayor renombre. En este mundo virtual, cada usuario puede adquirir un pedazo de tierra dónde construir su propia estructura con el fin que cada dueño deseé. Son famosos los casinos o museos, en los cuales se exponen obras de arte digitales, dónde todo lo que observamos es un NFT que fue creado en base al estándar ERC-721.

Y por supuesto, si hablamos de NFT, no podemos dejar de nombrar el juego Axie Infinity.

Se trata de un juego, en el cual los usuarios deben adquirir un equipo de tres Axies, una especie de personajes con características únicas, que por medio de peleas y misiones diarias recompensan a sus dueños con token fungibles que luego pueden ser usados para reproducir estos Axies y venderlos en un marketplace, o en su defecto cambiados por otros tokens fungibles.

Ethereum y open-source

Ahora bien, puedes estar preguntándote, ¿qué es un estándar en Ethereum? y ¿por qué todos utilizarían un mismo código para desarrollar sus colecciones de NFT? Tranquilo, ahora me toca dar un poco de contexto sobre estos puntos.

Sin dudas el lanzamiento de Ethereum, más de 6 años atrás, causó una revolución en el ecosistema blockchain. El concepto de contratos inteligentes dio lugar a las aplicaciones descentralizadas que, tras años de perfeccionamiento, convergieron en los fenómenos que hoy tenemos el privilegio de observar y disfrutar.

El espíritu “open-source” (código abierto) que domina la escena, facilita la colaboración innata entre los desarrolladores de software que se desempeñan en la industria, dando lugar a una sinergia provista de un vértigo pocas veces visto.

Estándares ERC

Persiguiendo estos ideales, la comunidad que se congrega alrededor de Ethereum trabaja en conjunto para lograr estándares que faciliten el desarrollo de contratos inteligentes, que posean garantías de buen funcionamiento, y también se logra evitar de esta manera la famosa premisa de “no reinventar la rueda” a la hora de desarrollar sobre la red.

En este sentido, en el año 2015, precisamente en el mes de noviembre, Fabian Vogelsteller propuso el ERC-20, que define un estándar para “token fungibles”.

Esta categoría de tokens, tienen la propiedad de que cada uno de ellos, siempre que sean emitidos por un mismo contrato, serán idénticos en cuanto a tipo y valor. De esta manera imitan el comportamiento de las monedas nativas de una blockchain, como lo es ETH para la red de Ethereum.

Para entender la propiedad de fungibilidad de un token, nada mejor que un ejemplo: cada DAI, token ERC-20, emitido por el contrato creado para este fin será idéntico sin importar el momento de su creación, el primer DAI emitido posee el mismo valor que el último creado.

En enero del 2018, William Entriken, Dieter Shirley, Jacob Evans, Nastassia Sachs, propusieron el ERC-721, conocido como el estándar para “Tokens no fungibles”, que por contraposición lógica con el estándar explicado en el párrafo anterior, rápidamente podemos imaginar que la características principal de la no fungibilidad, será la de ser único, escaso o como mínimo no idéntico a otro token emitido por el mismo contrato.

Otros usos de los tokens no fungibles

Si bien estamos atravesando la fiebre de los NFT (que al día de hoy trascendió la red de Ethereum, llegando a Solana y Avalanche entre otras) expresada en la compra-venta de “arte digital” por millones de dólares y juegos del concepto “play to earn”, el estándar ERC-721 es lo suficientemente flexible como para adaptarse a usos con los que al día de hoy todavía no estamos aún familiarizados.

La premisa de “todo es tokenizable” nace gracias a la popularización de este estándar.

A través de él incontables bienes podrían ser “tokenizados” y registrar su propiedad en una blockchain aprovechando las características principales que esta brinda:

  • publicidad
  • transparencia
  • inmutabilidad.

Una mirada al futuro

De aquí en más las opciones son infinitas. Tokenización de obras de arte físicas, temas musicales, bienes muebles e inmuebles y contratos físicos son algunas de las posibilidades que se barajan en los núcleos del ecosistema.

Si bien el avance deberá enfrentarse a legislaciones locales que regulan este tipo de bienes, las posibilidades derivadas del estándar ERC-721 lejos están de conocer su techo.


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