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ToggleEn anteriores artículos hemos explorado la primera y segunda generación de blockchains. La primera caracterizada por Bitcoin y la segunda por Ethereum.
A partir del desarrollo de Ethereum se ha originado una explosión cámbrica de nuevas plataformas de contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas. Estas blockchains son, por lo tanto, muy diversas. Los puntos más comunes son el uso de Proof of Stake o Prueba de Participación para llegar al consenso. Además se centran en funcionalidades de contratos inteligentes, mostrándose por ello como competidores de Ethereum.
Como dice el reconocido Andreas Antonopoulos, todo apunta a que nos espera un futuro de múltiples blockchains que conforman una sola red, el Internet del valor. A diferencia de las otras dos generaciones, en la tercera no hay una figura clara que la represente, aunque bien podrían serlo Ethereum 2.0, Cardano, Polkadot y Solana.
Es común ver que estas plataformas toman decisiones en su diseño para maximizar propiedades que el mercado demanda. Como ya hemos explicado, en el mundo de las blockchains nada es gratis, y cada decisión tiene efectos sobre otros aspectos (los «tradeoffs»). Ejemplo de ello es EOS, que al ser más centralizado puede ofrecer comisiones más bajas que Ethereum. Esto no significa que X sea mejor o peor que Y, sino que cada una puede maximizar una propiedad.
¿Quieres saber cuáles son las ventajas y desventajas de las blockchains de tercera generación? A continuación te explicaré en qué aspectos están intentando mejorar y cuáles son los problemas que están enfrentando.
Una de las propiedades que se busca maximizar en las blockchains de tercera generación es la escalabilidad. La escalabilidad es el tema que ha estado en boca de todos los desarrolladores desde el inicio de Bitcoin. El propio Satoshi Nakamoto dejó el tamaño de bloque de Bitcoin fijado a 1 MB temporalmente mientras se investigaban soluciones (en pro de la descentralización).
Sin embargo otras blockchains no buscan maximizar la descentralización como Bitcoin, y usan su mayor centralización como ventaja competitiva grandes (como EOS y sus productores de bloques). Otra forma en que las blockchains de tercera generación consiguen más escalabilidad es mediante el sharding.
El sharding o fragmentación es una solución que Ethereum 2.0 usará. Básicamente consiste en dividir la blockchain en 64 blockchains diferentes, coordinadas por una cadena llamada beacon chain. Cada una puede tener funciones distintas y se pueden verificar individualmente, reduciendo los requerimientos de hardware (para verificar la información). Este diseño tiene sus luces y sombras, una de sus grandes críticas es que una disrupción en una cadena puede afectar al resto y no deja de ser una ampliación de la capa 1 (la blockchain). Otro ejemplo son las parachains de Polkadot.
Una forma con más potencial que está siendo investigada son las rollups, especialmente las zero knowledge rollups que usan la tecnología ZK-SNARKS. Esta tecnología está desarrollándose sobre Ethereum. A diferencia del sharding, las rollups pueden considerarse soluciones de segunda capa. Otras soluciones de segunda capa son Plasma (usada en Polygon), Lightning Network (sobre todo usada en Bitcoin) y las sidechains.
Otro punto importante que buscan maximizar las blockchain de 3era generación es la sostenibilidad. En general se usa el Proof of Stake (PoS) para tener un consumo energético de la red mínimo. En PoS, los mineros son grandes holders de la moneda y no les interesa atacar la red ya que podría tener un efecto negativo en el precio de la moneda.
El tradeoff de esto es que se tiende a la centralización. Los mayores holders de una moneda son los que más recompensas ganan haciendo staking, que a su vez pueden poner a hacer staking, generando más aún. Por esta simple teoría de juegos se produce una presión hacia la centralización del suministro.
Otros protocolos de consenso destinados a reducir el consumo energético son el Proof of Space and Time de Chia (que requiere de discos duros) y el Proof of Transfer de Stacks (que requiere de gastar Bitcoin).
Los sistemas PoS son mejores para la velocidad (confirmaciones rápidas). Aunque de nuevo, con su lado negativo de menores garantías de seguridad.
Otra forma de mejorar la velocidad de las transacciones es el modelo de microbloques usado en Stacks, e incluso las soluciones de segunda capa.
En una red de blockchains, como todo apunta que será el Internet del Valor, la interoperabilidad y estandarización son necesarias. Uno de los grandes proyectos que se dedican a esto es Chainlink, que se centra en el uso de oráculos (que permiten traer información externa a una blockchain).
Los atomic swaps (intercambios de diferentes monedas sin confianza) también tienen un importante papel en esta red de blockchains. Estos atomic swaps pueden usarse sobre redes como Lightning para un mayor anonimato y escalabilidad y ser una parte importante de los exchanges descentralizados (DEXs).
Todos los datos actualmente apuntan a que el futuro del Internet del Valor será conformado por diferentes blockchains y activos. Muchos no pasarán la prueba del tiempo y del mercado, y otros perdurarán al encontrar un nicho de mercado.
Tanto Bitcoin como Ethereum se han establecido en sus respectivos nichos, pero este último ha ganado muchos competidores que prueban diseños diferentes. Lo más posible es que Ethereum 2.0 siga consolidándose al mismo tiempo que sus competidores ganen terreno.
Cuando todas estas tecnologías hayan madurado, digamos en una década, tendremos una consolidación de las cadenas supervivientes.
Como analogía podemos decir que estamos en los años 90 de Internet, viviendo un momento histórico de experimentación tecnológica que nuestros nietos estudiarán.