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ToggleHoy te invito a recorrer un artículo diferente, donde analizaremos 7 preguntas sobre criptomonedas para la cena navideña que debes saber contestar en caso de que te pregunten.
Un año atrás, me tocó sentarme en la mesa navideña, siendo el único involucrado en el mundo cripto. Apenas una mención sobre Bitcoin y una respuesta como “oh sí, es el futuro”, fue todo lo que se desplegó sobre el tema. Pero este año, todo es diferente.
Nuevos máximos de las criptomonedas más importantes, la explosión de DeFi y el aumento de actividad en nuevas redes, nos posicionan en un mesa diferente, una probablemente interesada en escucharnos.
Si te toca ser el experto sobre criptomendas en la próxima cena navideña, este artículo te ayudará a refrescar conceptos y sobrellevar la batería de preguntas que te descargarán encima. Si te toca estar en la silla de enfrente, podrás testear las respuestas que recibes o lucirte revelando ciertos conceptos.
Quizás sea una buena idea, comenzar por el principio y esta pregunta, suele ser recurrente.
La respuesta se divide en dos partes, Bitcoin es, por un lado, una blockchain y, por otro lado, una criptomoneda.
Una blockchain, no es más que una cadena de bloques. Esta crece añadiendo un bloque tras otro, siempre en el mismo sentido, pensémoslo en un “hacia adelante”. Y, ¿qué contiene cada bloque?
En la blockchain de Bitcoin, esta información son transacciones. Desentrañando un bloque de Bitcoin veremos muchas transacciones. Todas y cada una dicen «tal dirección de Bitcoin le envío x cantidad de BTC a tal dirección».
Y, ¿qué tiene esto de novedoso?
Los mineros, son quienes ofrecen el “poder de sus computadoras” y pagan las cuentas de luz, con el fin de crear nuevo bloques. Para esto revisan y verifican las transacciones, las juntan en un bloque y resuelven un problema matemático sumamente complejo, para ser los afortunados creadores del nuevo bloque. La recompensa por hacerlo, hoy, es de 6,25 BTC. Hagan sus cálculos…
La primer criptomoneda exitosa de la historia de la humanidad. Frase donde la palabra exitosa, es clave, porque hubo intentos anteriores, pero fracasaron.
Bitcoin resolvió el problema del “doble gasto”, que sería enviar dos veces la misma cantidad de bitcoin, la segunda vez sin tenerlos.
Entonces, en esta blockchain, se envían únicamente bitcoins entre personas, sin necesidad de permiso y sin una institución central que verifique las transacciones (descentralización).
Pero, ¿qué define a una criptomoneda? Debe ser una unidad digital, creada o, en el caso de bitcoin, minada mediante cálculos matemáticos y su sistema debe basarse en internet. También podríamos decir que debe utilizarse como medio de cambio o reserva de valor.
Si bien, ha crecido el uso como moneda de cambio, la principal función de bitcoin es ser reserva de valor.
Si lo deseas, en este artículo puedes entender mejor las diferencias entre Bitcoin y bitcoin.
A ciencia cierta, no lo sabemos. Es un hecho conocido que algunas décadas atrás existió un movimiento llamado “CypherPunks«. Ellos buscaban crear, gracias a la criptrografía, una “moneda de internet” que no dependiera de bancos centrales.
Tras un par de intentos fallidos, un tal Satoshi Nakamoto, a quién nadie conoció jamás, escribió y publicó el White Paper de Bitcoin en un blog criptográfico. Posteriormente, con Bitcoin funcionando, desapareció todo rastro informático del gran Satoshi y le entregó el control de Bitcoin a la comunidad.
Un sinfín de teorías circulan alrededor de este misterioso personaje, apuntando muchas al fallecido Hal Finney y en incluso ciertos personajes se atribuyen la autoría de Bitcoin. Sin embargo, a la fecha, Satoshi continúa siendo un misterio…
¿Estará hoy en algún lugar disfrutando de la revolución a la que dio pie?
Algunos escalones debajo de Satoshi, es menester mencionar a Vitalik Buterin. Este joven nacido en Rusia y criado en Canadá, llevó el mundo cripto a una nueva etapa. Co-creador de la red de Ethereum, la segunda en importancia detrás de Bitcoin en cuanto a valor en billones de dólares, revolucionó el mundo con la creación de los Contratos Inteligentes y el ecosistema de las Finanzas Descentralizadas.
Conceptos que nos catapultan a la siguiente pregunta.
Esta respuesta tiene un antes y un después de Ethereum.
Con una criptomoneda podías hacer tres cosas:
Las posibilidades crecieron exponencialmente. ¿Por qué? Porque Ethereum es una blockchain, como Bitcoin, pero que soporta Smart Contracts. Esto no es más, ni menos, que una aplicación pero que en lugar de almacenarse en un servidor centralizado/único, se almacena en una cadena de bloques. Además estas aplicaciones, reaccionan de igual manera ante idénticas circunstancias. Todo esto auditable en su código, el cual obviamente es público.
Y, ¿qué ventajas trae esto?
Entonces, ¿qué puedo hacer hoy con una criptomoneda? Solo por nombrar algunos ejemplos.
Las posibilidades son infinitas y no requieren permisos. Por ejemplo, como los códigos son abiertos, puedo tomar un código e integrarlo a mi propia aplicación o combinarlos para potenciar beneficios.
En esta pregunta nos encontramos con un “depende” muy grande. Ataquemos la respuesta por los tipos de monedas que nos encontramos.
En el caso de monedas como BTC o ETH, su precio es libre y lo “decide” el mercado. Mayor demanda de compra hará que el precio suba, mientras que mayor cantidad de ventas hará que este baje.
Sin embargo, hablamos de un mercado, aún, sumamente chico y manipulable. Claro ejemplo en este sentido, fueron las interacciones de Elon Musk, logrando con un simple tweet impulsar el precio de BTC o Dogecoin a las nubes o hacerlo descender en minutos.
En las sombras, sin publicidad, operan las llamadas ballenas. Poseedores millonarios de criptomonedas que con una sola venta pueden crear un pánico generalizado o el efecto contrario con una sola compra.
El precio de estas monedas lo define un Smart Contract y se encuentra atado al valor de una moneda tradicional como, por ejemplo, el dólar.
Las stablecoins, vienen en varios sabores. Tenemos aquellas cuyo valor viene de activos reales como dólares en un banco o bonos y aquellas que obtienen su valor de otras criptomonedas, las preferidas del mundo descentralizado.
Estas últimas, pueden elegir el valor que representan, hoy es un Dólar, mañana puede ser un Euro o un Yen.
Si bien suena complejo, es sumamente simple. Se trata de criptomonedas que «siguen» el valor de un activo que está fuera de la blockchain. Un ejemplo es el oro y otro podría ser una acción. Te preguntarás, ¿para que quiero comprar una representación del oro o una acción en la blockchain?
Descentralización, el concepto que es todo aquí. No le pides permiso a nadie, no llenas ningún formulario. Fondeas tu wallet, la conectas y en minutos estás expuesto al precio de la acción de tu empresa favorita.
Los “Crypto Punks”, simples imágenes que homenajearon al movimiento cultural de los Cypher Punks, dieron riendo suelta a un mercado multi-millonario que hoy, no encuentra sus limites.
Un Crypto Punks, es un NFT. Esto es un token no fungible, que a diferencia de una criptomoneda, que es fungible y se pueden intercambiar porque todas representan el mismo valor, posee características únicas e irrepetibles.
Los crypto Punks, son 10.000 imágenes y cada una tiene una combinación única de características. Por lo tanto, no son intercambiables entre sí, porque su valor es diferente.
Por supuesto, el valor, como en el arte, es un tema subjetivo. El más caro se vendió a 11.8 millones de dólares. No, no hay ningún error, la suma es correcta.
Detrás de estas imágenes, existen personas o usuarios que se muestran al mundo por medio de estos NFT. Estas imágenes representan momentos únicos en la vida de la blockchain y los coleccionistas no titubean en montos a la hora de hacerse con ellos.
Por otro lado, identidades y hasta comunidades enteras se crean y son representadas por estas imágenes.
Claro que no y ahí está la magia de los NFT. Cualquier activo puede transformarse en un NFT. Una imagen, una foto, un video, una canción, un contrato de alquiler, la propiedad de bienes muebles o inmuebles e incontables ejemplos más.
Se trata de activos únicos e irrepetibles y gracias a la blockchain su posesión es fácilmente verificable por cualquiera. Imaginemos las facilidades para, por ejemplo, un cantante a la hora de cobrar regalías sobre sus creaciones o para un propietario para demostrar la posesión de un inmueble.
Como opinión personal, es en este campo dónde veremos los mayores desarrollos a futuro…
Aquí la respuesta es simple y unívoca. Nadie responde si pierdes tu dinero.
Por esta razón, como mantra se repiten dos frases:
Es muy simple, ser el dueño de tus finanzas implica que eres el encargado de velar por ellas. Si pierdes tus claves, no existe equipo de soporte al que recurrir. Si no me crees, intenta contactar telefónicamente a un Smart Contract…
Por otro lado, este mundo aún está en formación y existen muchos agentes maliciosos que aprovechan el desconocimiento o descuido de ciertos usuarios para cometer fraudes.
Pero tranquilos, los desarrolladores detrás de las aplicaciones que usamos a diario, conocen estos riesgos y enfocan sus esfuerzos en ayudarnos. Día a día vemos crecer las aplicaciones de seguro, descentralizadas por supuesto, que nos protegen contra riesgos específicos.
Bitcoin logró instalarse y establecer transacciones entre pares de manera descentralizada, transparente, sin restricciones y pública. Ethereum posibilitó dotar de todas estas caracterísitcas a un nuevo ecosistema financiero.
Comunidades que gestionan miles de millones de dólares se crean y son gestionadas por seres humanos que no conocen sus caras. La manera de confiar entre los seres humanos cambió para siempre.
El modelo de las instituciones tradicionales se nota desgastado y mucha gente prefiere confiar en el código informático creado por un usuario de twitter cuya foto es un punk pixelado, antes que en un banquero.
Bitcoin vio su primer bloque nacer el 3 de enero de 2009, meses después de una nueva crisis mundial y entre las primeras transacciones contenía un mensaje, titular del diario Times, “El canciller (británico) está considerando un segundo programa de rescate a la banca”.
El mensaje es claro, la caída de un régimen viene acompañada del nacimiento del siguiente. El futuro llegó, hace casi 13 años.