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ToggleEn sobradas ocasiones, he mencionado en este blog que el cripto-mundo se nutre de, o incluso replica, las finanzas tradicionales. Por esta razón, conceptos como el de “short squeeze”, han acabado resultando habituales en nuestras conversaciones diarias.
El mercado de las criptomonedas, más allá de las particularidades de la tecnología detrás, no deja de ser un mercado. Los precios de los activos que en él cotizan no escapan a la terminología y, con diferencias lógicas, a los movimientos tradicionales.
Un “short squeeze”, puede ser la razón por la cuál los precios de las criptomonedas aumenten de manera vertiginosa y, los percibamos, acompañados por un gran cantidad de volumen.
Conozcamos ahora, este término y entendamos sus implicancias.
Estamos en presencia de un “short squeeze” toda vez que los precios del mercado, cripto en nuestro caso específico, se ven catapultados con una gran velocidad y de manera vertiginosa por encima de las estimaciones que, tanto analistas como traders, sostenían previo a este movimiento.
De todos modos, no toda subida precipitada de precios es un “short squezze”. Ciertas condiciones, deben prestarse para que nos encontremos frente a este tipo de eventos. Podemos enumerar las siguientes.
Esas son las condiciones que deben presentarse, pero antes de continuar es necesario enfatizar sobre un concepto.
Nuevamente, nos encontramos incorporando vocabulario del mundo de las finanzas tradicionales a nuestro diccionario cripto cotidiano. Sin lugar a dudas, si te mueves dentro del ecosistema de las criptomonedas, te habrás topado con el término “short” e incluso con el verbo que hemos creado: “shortear”.
Unas líneas antes, mencioné que una de las condiciones necesarias para presenciar un “short squeeze” es que la cantidad de posiciones “short”, sea importante. ¿Qué quiero decir con esto?
La explicación es más simple de lo que parece. Cuando estamos frente al precio actual de un activo, sabemos que sus próximos movimientos pueden ser tres:
Indefectiblemente, el precio responderá a alguna de estos tres posibles resultados. En el mundo del trading, podemos apostar, por medio de la apertura de posiciones por el primero y el último resultado.
Entonces, cuando tras un concienzudo análisis, un trader considera que el precio de un activo subirá coloca un posición “long”. Por contraposición lógica, si este avezado trader deduce que las probabilidades de una baja son más altas, abrirá un posición “short”. Con esta última, mayores beneficios obtendrá cuanto más grande sea la caída del precio.
Ahora sí, podemos continuar con el tema que nos convoca.
Un “short squeeze” es consecuencia pura y exclusiva de un vertiginoso e inesperado aumento del precio de un activo. Aquellos traders, que posean posiciones “shorts” sobre, en este caso, la criptomoneda cuyo precio se precipita por encima de cualquier previsión, se verán obligados a abandonar sus posiciones a fin de aminorar sus pérdidas.
A raíz de este cierre de posiciones “short”, se produce un aumento en la demanda de la criptomoneda en cuestión y, lógicamente, disminuye de modo notable su oferta. Este cambio en la dinámica, anteriormente sostenida en el mercado de esta moneda, lleva a que el aumento de precios sea aun más vertiginoso y produce el famoso “short squeeze”, concepto que podríamos traducir como “estrangulación o apretón de posiciones en corto”.
Estos traders “estrangulados”, al cerrar sus posiciones, no hacen más que contribuir al propio “estangulamiento” de sus pares. Quienes apostaron desde un principio con sus posiciones “long”, serán quienes sonrían en estos momentos…
Aquí nos introducimos en el ropaje de los traders y conoceremos algunas de las herramientas que ellos utilizan. Con el fin identificar un short squeeze, estos agentes del mercado, suelen valerse de ciertos indicadores gráficos, que les permiten determinar qué criptomonedas se encuentran sobrevendidas.
En aquel momento en el que una cripto u otro activo, evidencia una excesiva actividad de venta, podríamos estar frente a un posible aumento vertiginoso de su cotización. Aquí, por más que la lógica nos indique lo contrario, podríamos estar ante un futuro aumento a raíz de la manipulación de los grandes jugadores. Estos venden en cantidad un activo, logran “asustar” al mercado y lo compran de modo furioso cuando el precio se adapta a sus preferencias.
En definitiva, contamos con indicadores sumamente conocidos, para identificar las áreas de “sobreventa”, como el índice de fuerza relativo (RSI) y el Williams %R.
Para completar el análisis es necesario tomar en cuenta un dato más, el interés que se paga por crear posiciones “short”. Claro, cuando creamos este tipo de posiciones existe un fee, conocido en inglés como “funding rate”. Y este responde, a la simple realidad de que al abrir esa posición “alguien”, léase el exchange, está prestándonos la criptomoneda que deseamos “shortear”.
De este modo, es posible emparejar estos indicadores, el RSI y el Williams %R, con el interés por abrir posiciones “short” de una criptomoneda. Ahora, ¿cómo interpretamos el costo por “shortear” un activo?
En definitiva, los “short squeeze” generalmente sorprenden a los mercados. En el momento en el que los traders se encuentra desprevenidos, es cuando este movimiento golpea con fuerza. Resulta evidente que indicadores de sobreventa y un “funding rate” alto, no constituyen plena garantía del acaecimiento de un «short squeeze».
A la hora de analizar el mundo de los mercados tradicionales, los “short squeezes” se han vuelto eventos relativamente habituales. Ese movimiento suele generarse, cuando en torno a una empresa los sentimientos son “bajistas” o de poca expectativa futura, compartiendo la escena con un precio percibido de sus acciones alto y una cantidad de posiciones “shorts” importantes.
De pronto, nos encontramos, gracias a los medios especializados con inesperadas noticias positivas, que modifican el sentimiento y la dinámica de oferta-demanda del mercado con respecto a ese activo y los “osos” se ven obligados a comprar acciones con el objetivo de cerrar sus posiciones.
Un ejemplo, que generó un ruido extraordinario, se lo debemos a Elon Musk y su amada Tesla. El año 2020, resultó extraordinario para esta empresa y, así también, para el precio de su acción. Para el año siguiente, su gran performance anterior llevó a un sentimiento general de poca expectativa del mercado y las posiciones apostando a la baja de su precio crecieron a ritmo récord. Cuando las estadísticas de Tesla del primer trimestre del 2021, salieron a la luz superando todas las expectativas, presenciamos un “short squeeze” brutal.
Para toparnos con este tipo de eventos en nuestro mercado, debemos poner el ojo en el mercado de derivados de Bitcoin. En él, se utilizan posiciones con un alto grado de apalancamiento, ya sea apostando a su suba, como también a la caída del precio de BTC. Estas posiciones, son las aquellas que perecen como víctimas, del concepto que hoy estamos aprendiendo.
Eventos de este tipo, en bitcoin, encontramos a mediados del 2019 y una repetición en el gran “rebote” tras la caída del “jueves negro”, producto del comienzo formal, en la mayor parte del mundo, de las cuarentenas a raíz del brote de coronavirus.
Los mercados, tanto el tradicional como el cripto, a raíz de los peligros que presentan, poseen su contracara beneficiosa. Es evidente, que el cripto-mercado, puede brindarnos grande alegrías, superiores a las del mercado tradicional, pero así también sus reveses son también más grandes.
La volatilidad es un factor clave a la hora de programar los desembolsos que realizamos en este mundo. Es necesario comprender de una vez por todas, que nadie cuenta con la “famosa bola de cristal” y no existen apuestas seguras.
Para que un evento del calibre de un “short squeeze” se dé, en la práctica, es necesario que grandes capitales estén apostando a que el precio del activo caerá. Una vez que se materializa el “short squeeze”, el mercado, una vez más, nos prueba que puede permanecer irracional por más tiempo del cual nosotros podemos permanecer líquidos…