Alguna vez habrás oído hablar sobre un contratos inteligentes (smart contracts). Su definición más clara es la de un programa informático que funciona como un contrato con la capacidad de cumplirse de forma automática una vez que las partes implicadas hayan cumplido los términos acordados y firmados en el contrato.
Aunque parece muy complejo lo cierto es que un contrato inteligente es un contrato legal muy similar al contrato tradicional que solemos realizar en papel.
En ambas opciones se implican dos o más partes que aceptan unas determinadas condiciones a cambio de un bien o servicio. Ambos contratos cuentan con el consentimiento de ambas partes y una causa lícita y real. Sin embargo, se diferencia en el modo de escritura, en la implicación legal y en el modo de cumplimiento.
Historia de los contratos inteligentes
La idea de contrato inteligente fue conocida por primera vez en el año 1994 gracias a Nick Szabo el cual se refería a los contratos como “un proceso informático capaz de ejecutar las cláusulas de un contrato”. Su objetivo principal era llevar las prácticas comerciales relacionadas con diseños de protocolo al comercio en la red con extraños. Aunque debido a las limitaciones tecnológicas de la época no pudo llevar a cabo su idea.
Los contratos inteligentes necesitaban una forma de pago en línea que funcionase como el dinero FIAT y por fin, en el año 2009 surgió la blockchain de Bitcoin. Esta criptomoneda solo estaba pensaba para funcionar como método de pago, pero su tecnología, la blockchain, fue de vital importancia para los smarts contracts.
Finalmente, en el año 2014 con la aparición de Ethereum los contratos inteligentes llegaron al mundo tecnológico. En la actualidad los contratos inteligentes son usados a diario en dos grandes plataformas: Ethereum y Codious, desarrollado por la empresa llamada Ripple Labs, desarrolladora de la plataforma Ripple.
¿Cómo funciona un contrato inteligente?
Como ya sabemos los smart contracts funcionan a través de la blockchain. A la hora de crear los contratos inteligentes, una de las cuestiones era el que un software pudiera asegurar a dos partes de un acuerdo que este se iba a cumplir sin cambios en lo pactado. Esta cuestión se solucionó gracias a la cadena de bloques.
- La blockchain no es manipulable y está cifrada. No está administrada por un solo ordenador sino por cientos de miles y en ella se puede registrar cualquier cosa incluido un acuerdo, por lo que la manipulación informática no es una opción.
- Otra cuestión era el manejo de activos de forma online. ¿Cómo mover el dinero de un acuerdo físico a lo online? Pues gracias a la blockchain, otro problema desaparece con la creación de las criptomonedas. Ahora ya tenemos la seguridad de que el contrato se cumple y además, un sistema monetario que funciona como activo digital con el que realizar los pagos online.
- ¿Cómo podemos conectar los contratos inteligentes con los activos reales incluidos en los contratos? Otra de las cuestiones por las que Nick Szabo no pudo llevar a cabo su idea. Sin embargo, hoy en día ese problema tampoco existe gracias al Internet de las cosas o IoT.
Esto se refiere a por ejemplo, conectar activos reales a Internet sin que ese activo sea un ordenador. Nos referimos a todos esos aparatos electrónicos que hoy en día podemos conectar a internet y controlar de forma digital.
Ahora que ya es posible el contrato pasamos a su funcionamiento. Los contratos inteligentes son almacenados en una base de datos cifrada e invariable, la blockchain, convirtiendo así el contrato inteligente en una de las tecnologías más seguras. Esta misma tecnología permite la circulación transparente de activos asegurando la trazabilidad de cada movimiento.
Lo explicaré a través de un ejemplo. La parte A cede un coche a la parte B. La condición es que si la parte B hace una transferencia de 15.000 € a A en el plazo de un mes después de firmado el contrato, automáticamente y sin necesidad de intermediarios ni altos costes el contrato inteligente registra la propiedad del coche para B en la blockchain, lo cual será irrevocable. Una vez el dinero esté ingresado en la cuenta de A, la propiedad del coche pasará a ser propiedad de B de forma automática.
En conclusión, un contrato inteligente funciona de la siguiente forma. Dos o más partes acuerdan los términos de un contrato. Este contrato queda almacenado en la blockchain hasta que las acciones acordadas se lleven a cabo y finalmente los resultados del cumplimiento por ambas partes se llevan a cabo.