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ToggleSin lugar a dudas, los maximalistas de Ethereum auguran la llegada del flippening quizás con el mismo deseo que han esperado la llegada del Merge. Pero, en este caso, se trata de un suceso de una naturaleza completamente distinta.
El flippening es un acontecimiento puramente económico. De todos modos, un triunfo en este campo puede dar el sustento fáctico a una manera de ver el ecosistema. Veamos ahora, de que se trata el flipplening.
La palabra inglesa “flip”, aquella que forma el famoso concepto de “flippening”, significa “voltear”. Utilizada en el contexto de este artículo, se refiere al momento en el cual ETH “voltea” a BTC.
Pero, es evidente que voltear puede aplicarse a situaciones sumamente diversas. En este caso, el flippening se trata de un evento potencial en el cual Ethereum supera el valor de capitalización de mercado de Bitcoin, despojándolo del trono que, desde el momento de su nacimiento, sostiene la primera criptomoneda de la historia.
Es evidente que, aquellos férreos defensores de la superioridad de la blockchain de Ethereum en cuanto a la comparación que con Bitcoin puede realizarse, sueñan con el acaecimiento de este evento. Sentarse en el primer lugar de las estadísticas de nuestro ecosistema, es algo que hasta la fecha solo Bitcoin puede ostentar, lo cual solo potencia la estima que esta posición genera en el resto del mercado.
Tras haber leído el artículo referente al Merge podrán notar la siguiente constante en el mundo que rodea a Ethereum: existe una clara tendencia a considerar que ciertos eventos, maravillosos para la blockchain, arribarán con prontitud. Tras la euforia inicial, la realidad obliga a estos entusiastas a contener su júbilo y aguardar pacientemente.
Con esta representación de los ánimos del mundo Ethereum, hago alusión al momento en el cuál el concepto de “flippening” comenzó a diseminarse. Tras su nacimiento, en el año 2015, ETH siempre ha estado, en cuanto a capitalización de mercado, a la sombra de BTC.
Fue en el año 2017, cuando el precio de ETH, la criptomoneda nativa de la primera red capaz de soportar contratos inteligentes, comenzó a elevarse a nuevos máximos que deslumbraron al mercado completo. Si bien el movimiento alcista, como siempre a pasado, fue liderado por BTC, la distancia entre sus capitalizaciones de mercados comenzó a disminuir. La dominancia de bitcoin para con el mercado se redujo y los “ethereans”, que tantas críticas habían debido enfrentar, se encontraron ilusionados con tomar el trono del mundo cripto y los rumores de “flippening” comenzaron a florecer.
El ciclo alcista de los años 2017/18, finalizó en un profundo y crudo “bear market”, del cual una gran cantidad de primerizos, e incluso experimentados cripto-usuarios, no han logrado recuperarse, económica y emocionalmente.
Las consecuencias sobre el “flippening”, han sido igual de violentas. Nuevamente, los porcentajes volvían hacia sus números anteriores, encontrando que el porcentaje de dominancia de bitcoin sobre el resto del mercado, crecía nuevamente. Como muchos expertos en este ecosistema comentan, siempre se debe sospechar de una suba general de precios que no sea liderada por bitcoin. Y la historia les ha dado, hasta hoy, la razón.
Existe una famosa frase, que se ha sometido tanto a tests exitosos como fallidos, que repite que en esta vida “todo vuelve”. El “flippening”, prueba con su retorno al “mainstream” de la escena cripto, que se encuentra entre los experimentos exitosos de esta frase.
Nuevamente, la llegada de un nuevo y eufórico “bull market”, impulsó la reducción de la distancia entre las capitalizaciones de mercado de las dos criptomonedas más importantes del ambiente. Mientras los fanáticos de Ethereum esgrimían “ahora sí, las condiciones están dadas”, los «bitcoiners» repetían “nuevamente, será la realidad la encargada de devolver a cada uno a su sitio”.
Hoy, sabemos que el “flippening” se encuentra lejos de suceder aún. Sin embargo no podemos negar que, tras cada ciclo de euforia alcista, mientras el mercado nos golpea con las violentas retracciones a las que estamos acostumbrados, lentamente la dominancia de bitcoin cede algunos percentiles en manos de ETH.
Este tipo de competencias internas, nacen desde grupos radicalizados en una posición extremista. El ecosistema cripto, es una víctima más de la polarización que suele dividirnos como sociedad. A través de esta práctica, que cuenta con tantos ejemplos a lo largo de nuestra sociedad, dos grupos con ideas sumamente arraigadas, dividen las cripto-aguas. Comencemos con el grupo más antiguo.
Por un lado, tenemos a los maximalistas de bitcoin. Sentados sobre la idea de que bitcoin es la única moneda que realmente posee valor y el futuro será “hiperbitcoinizado”, critican sin ninguno tipo de piedad a cualquier desarrollo que se presente, relacionado al mundo blockchain, tildándolo de “scam” sin valor.
Desde este reducto, es desde donde el concepto de “altcoin” ha nacido, para calificar con desprecio a toda criptomoneda que no sea BTC. Los maximalistas de BTC, poseen un largo manifiesto en el cuál enumeran las justificaciones de su modo de pensar, pero podemos destacar los siguientes:
Indudablemente, para cada uno de estos puntos, existen una gran cantidad de ejemplos en los cuáles, Ethereum no ha sostenido los principios anteriormente enumerados. De todas maneras, con objetivos sumamente diversos, los “ethereans” o los, peyorativamente denominados, “ethboys”, esgrimen sus razones de ser y presentan batalla.
Este grupo de seres humanos, ha elegido el camino más duro. Desde su nacimiento, debieron enfrentar la acusación del grupo anterior que los caracterizaba de ilusos que serían defraudados por su falso mesías, Vitalik Buterin. Tal como mencioné con anterioridad, el concepto de “altcoin”, nació para despreciarlos.
Largos años, en los cuales Ethereum crecía como alternativa y desarrollaba las aplicaciones que nacían en base a los contratos inteligentes que los nuevos “developers” aún intentaban descifrar, estuvieron teñidos por críticas sumamente hirientes para con este grupo.
Si bien es cierto, que el fiasco de las ICO y ciertos experimentos fallidos, como el famoso hack a la DAO, tras el cual nació Ethereum Classic, atentaban contra los “ethereans” y daban razón a los bitcoiners, esta facción cripto recibió su merecido premio en el año 2020, en el cuál el verano DeFi explotó, trayendo el “flippening” nuevamente a la escena.
La flexibilidad de la blockchain de Ethereum, su infinidad de posibilidades de desarrollo y el deseo de transformarse en la computadora mundial, día a día motiva los fanáticos de Ethereum a sostener que el futuro será dominado por esta blockchain y bitcoin pasará al olvido. Para que esta situación se vuelva real, el “flippening” es el primer paso.
Este breve repaso histórico, nos permite entender como dos parcialidades han desarrollado el arraigo que cada una detenta con “su blockchain” y como ha sido posible que conceptos del estilo del que da nacimiento a este artículo, ganen un lugar tan preponderante en la cripto-escena.
También existe una tercer línea de pensamiento, que indica que estas divisiones y obstinaciones solo son malas para quienes están dentro de ellas. Quienes sostienen esta línea, indican que se benefician de esta ardua competencia, obteniendo beneficios de ambas blockchains.
Quizás, podrá evidenciarse tras leer algunos de los artículos que he publicado en este blog, que mi identificación con la tercer postura, mencionada en el párrafo anterior, es indeclinable. Considero que ambas blockchains, Bitcoin y Ethereum, tanto como sus monedas, ETH y BTC, cumplen funciones sumamente diversas y bien que lo hacen.
No puedo negar, que la blockchain de Bitcoin se encuentra gradualmente más avanzada, en cuanto a al desarrollo ligado a sus propios objetivos, en comparación a la red Ethereum. Si bien, este argumento es usado por ambos bandos, como herramienta de ataque, simplemente lo considero como una diferencia de objetivos.
La mejor forma de entender de que trata cada una, es la siguiente analogía que tantas horas de lectura, escucha de podcasts y conversaciones sobre el tema me han dejado. BTC, con su escasez, solidez y dificultad de creación de nuevas unidades, se presenta como la alternativa futura del oro. En cambio, ETH es necesario para la producción diaria y es por esto que su semejanza es con el petróleo. En caso de Ethereum devenir en la “computadora mundial”, necesitaremos ETH para todo.
El “flippening”, desde mi punto de vista no será más que la confirmación económica de una idea de ver el mundo y del lugar que las criptomonedas en él deben ocupar. Mientras tantos, disfrutemos de los beneficios de ambas blockchains, que el enemigo no está dentro, si no fuera…