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ToggleAl contrario de la creencia general, no todas las criptomonedas nacen con la “anonimidad” como característica innata. Pero, ¡tranquilos!, a no desesperar que éste es precisamente el rol que cumple un “Crypto Mixer”.
El mundo cripto, que hoy disfrutamos, fue concebido en el seno del movimiento cultural llamado “cypherpunk”. Su principal objetivo, podemos decir, era lograr privacidad y seguridad mediante el uso de la criptografía.
Con estos pilares fundacionales, la existencia de una herramienta como los Crypto Mixer, no resulta una sorpresa, sino más bien una evolución natural del ecosistema.
Hoy, nos toca conocerlos, entender cómo funcionan y por qué son necesarios.
La traducción de “Crypto Mixer” al castellano, podríamos decir que es “Mezclador Cripto”. Y, una vez más, el nombre lo dice todo. Los crypto mixer son aplicaciones o servicios, que nos permiten eliminar, esconder o desligar todo rastro público de nuestras criptomonedas volviéndolas, por ende, anónimas, por medio de un proceso de «mezclado».
Quizás esta definición pueda sonar, en un principio, innecesaria, oscura o potencialmente dañina para un ecosistema que presenta su transparencia como una de sus grandes diferenciales.
Desde mi punto de vista, la realidad y la experiencia, sobre todo aquella de primera mano, me han demostrado que este tipo de herramientas son sumamente útiles en situaciones específicas.
Existen también criptomonedas, e incluso blockchains, que ofrecen este anonimato desde su concepción sin la necesidad de recurrir a herramientas extra. Casos como los de Monero o Secret Network, son ejemplos de soluciones en miras de ofrecer esa imposibilidad de trazabilidad de nuestros movimientos, que en otras redes podemos lograr únicamente gracias a los Crypto Mixers.
Hoy me toca hablar de ellos, así que comencemos por el punto de partida. Ya sabemos que son los mezcladores de criptomonedas, pero ¿por qué los necesitamos?
Los «Crypto Mixers», y por ende este artículo, encuentran su punto de partida o razón de existir en que las criptomonedas no son completamente anónimas, sino que son “pseudo-anónimas” o «seudónimas».
Como ya sabemos, blockchains como la de Bitcoin o Ethereum y la gran mayoría de las que hablamos en este blog, son redes públicas con alto grado de transparencia. Toda transacción puede ser revisada por cualquier usuario, quien únicamente debe ingresar a un explorador de transacciones de la red en cuestión (Ej. Etherscan) y escribir el número que identifica a la transacción.
Idéntica situación ocurre con las tenencias en una de estas redes. Simplemente contando con la dirección pública, que identifica a una «wallet», podemos, en cuestiones de segundos, chequear cuáles son sus tenencias.
Por lo tanto, tanto tenencias como transacciones, son completamente rastreables a través de la historia contenida en el núcleo de cada blockchain.
Bien, hasta aquí la parte pública de las redes, pasemos a la segunda parte.
El factor anónimo de estas redes, que complementado con el anterior, su publicidad y transparencia, conforman esta característica de “pseudo-anonimidad” es la inexistencia de relación explícitamente directa entre el usuario y su wallet.
Comprendamos este punto. Cuando creamos una billetera en la red de Ethereum, Bitcoin o la blockchain que elijamos, no entregamos datos personales, únicamente nos identificamos allí como una dirección en la red. Dotados de nuestra frase semilla, somos los únicos artífices del destino de nuestras criptos y nuestra dirección pública nos permite recibir transacciones y controlar nuestras posiciones.
Por lo tanto, desde que formamos parte de una blockchain, dejamos atrás nuestro nombre, nos volvemos anónimos, y pasamos a identificarnos con una dirección en la red.
Podrás pensar del otro lado, ¿no es esto suficiente?, ¿si ya hemos desligado nuestra «wallet» de nuestra identificación en el mundo real, por qué desearíamos dar un paso más?
Los eventos que pueden desencadenar esta necesidad son sin dudas extremadamente variados, pero todos y cada uno de ellos desembocan en una sola causa, la pérdida del seudo-anonimato o una necesidad de aumento en la privacidad.
Contamos con muchos ejemplos en este sentido. Tanto cuando realizamos una transacción persona a persona (P2P) con un desconocido y este relaciona nuestros datos bancarios con nuestra «wallet», ya sea que la seguridad de nuestros dispositivos ha sido vulnerada o, simplemente, un error de nuestra parte que haga públicas nuestras tenencias.
Una vez que cualquier persona puede relacionar nuestra existencia en el mundo real con nuestras tenencias en el mundo cripto, un «Crypto Mixer» nos servirá para volver a ofuscar nuestros datos.
Nos toca entender ahora, cómo es que son capaces de borrar nuestros «cripto-rastros»
El funcionamiento de los Crypto Mixers es simple. Como ya es costumbre para nosotros, contamos con soluciones centralizadas y descentralizadas. Cada una con sus pros y contras, similares a los que ya conocemos de haber sobre-analizado tanto esta rivalidad.
Veamos cómo funciona cada tipo, o estilo de Crypto Mixer que encontramos en el ecosistema.
Este subtítulo habla lo suficiente por sí solo. Detrás de este tipo de “Crypto Mixers” encontramos empresas. Estas empresas harán lo siguiente:
Como anticipé, el funcionamiento es extremadamente simple. Podemos saber que un usuario envió una transacción de BTC a esta compañía, pero una vez que la empresa nos devuelve una cantidad no es posible saber de dónde provinieron, ya que al encontrarse “mezclados” con otros bitcoins, el rastro es “cortado”.
Podríamos incluso, solicitar a la compañía que nos envíe el monto correspondiente a una nueva dirección de Bitcoin, recién creada, y estaríamos completamente renovados para recomenzar desde cero con nuestra “pseudo-anonimidad” intacta.
Si bien este tipo de “Crypto Mixers” cumplen su función, internamente cuentan con un “tracking” interno. El riesgo es que estas compañías puedan ser empujadas hacia una posición en la cual deban entregar sus registros y la “pseudo-anonimidad” sería nuevamente vulnerada.
A raíz de argumentos, en contra de la centralización, similares al mencionado en el párrafo anterior, es que nació el ecosistema cripto. Este ambiente, cuenta con su descentralización como un diferencial, una especie de protección de aquellos fantasmas que nos han sabido atormentar en el mundo de las finanzas tradicionales.
A raíz de esta propuesta filosófica, es evidente que contamos con “Crypto Mixers” descentralizados, siendo, quizás, el más famoso Tornado Cash. De este lado de la vereda, no existe compañía detrás, si no que se trata de un protocolo, contratos inteligente o aplicación descentralizada, creada con el siguiente fin:
Como toda aplicación descentralizada, actúan de manera autónoma, mediante los distintos algoritmos que dotan de previsibilidad su accionar ante situación análogas.
En el caso de Tornado Cash, podemos retirar nuestro ETH, previamente depositado, a una nueva dirección en la que incluso podemos no tener ETH para pagar la transacción, y esta se abona con los fondos retirados. De este modo, la relación entre depósito y extracción desaparece, garantizando un nuevo estándar de privacidad.
Por supuesto, de este lado del mundo, no todo es color de rosas y existen riesgos al utilizar un “Mixer” descentralizado. Puedo destacar dos de ellos:
No estamos hablando de posibilidades simples y, claramente, ninguna de las dos puede ser llevada a la práctica por cualquier usuario. Ambas requieren una pericia sumamente importante, pero no podemos descartarlas y dejar de tenerlas bajo nuestro radar a la hora de operar con un “Mixer” descentralizado.
Sin lugar a dudas, la privacidad es un tema que interesa por estos lares y se encuentra largamente diseminada a través del ecosistema cripto el uso de este tipo de servicios. Los usuarios que desean borrar sus huellas pueden hacerlo con aplicaciones como Blender.io, un servicio centralizado, o Wasabi, aplicación descentralizada, siempre y cuando estemos hablando de Bitcoin.
Ethereum, encuentra su emblemático estandarte de la privacidad en Tornado Cash. Se trata de un «Crypto Mixer» que marcó un estándar y una manera de trabajar. Su gran influencia en el ambiente la encontramos en sus réplicas, como por ejemplo en la red de Terra, que cuenta con un flamante Mixer llamado Terrnado Cash.
Evidentemente, poco importa la blockchain de la que estemos hablando, siempre habrá un «Mixer» a solo un par de clics de distancia.
Si bien esta herramienta cumple una “benévola” función, salvarnos de la tan temida pérdida de la “pseudo-anonimidad”, no podemos negar su costado negativo.
Claramente, borrar sus “cripto-huellas” puede ser un beneficio para aquellos que hayan actuado de mala fe previamente y quieren desligar sus tenencias de aquellos actos.
Para nuestra “tranquilidad” según un estudio de Chainalysis, se estima que solo un 8% de los fondos ingresados a los “Crypto Mixers”, provienen de actividades ilícitas.
El debate se encuentra abierto. La libertad de movimiento de capitales en cripto es para todos y no discrimina antecedentes ni tampoco futuras intenciones. Como cada creación humana, su apreciación moral dependerá del fin que nosotros mismos le otorguemos.