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ToggleEs probable que al escuchar la sigla NFT, lo primero que representemos en nuestra mente sea un CryptoPunk o un BoredApe. Por esta razón, la frase “staking de NFTs”, puede sonar extraña.
El exceso de utilización de NFTs como representaciones de imágenes en la blockchain, nos ha llevado a hacer a un lado la noción de que un NFT es un token y como tal, podemos darle mayores utilidades que su simple compra-venta.
Hoy, alcanzados por los ecos de una nueva cripto-tendencia, analizaré qué es el staking de NFTs, mientras repaso algunos conceptos básicos y brindo ejemplos “tangibles”.
El staking de NFTs, se refiere al acto de depositar nuestros NFTs en un contrato inteligente, desplegado en la blockchain con la cual nos encontremos interactuando, a cambio de la promesa de recibir una recompensa como contrapartida.
Para quienes cuenten con cierta experiencia en el mundo blockchain, advertirán que se trata de una acción que realizan a diario. La única diferencia, en el caso que hoy nos convoca, es el objeto del staking.
Al hacer staking, generalmente depositamos nuestras criptomonedas o tokens en un contrato inteligente a cambio de una recompensa. Pero los NFT, al ser tokens, no fungibles, pero tokens al fin, son susceptibles de este tipo de utilidad.
Antes de continuar con la idea, tomaré una breve pausa, para explicar a que me refiero cuando hablo de “staking”.
La velocidad arrollante del ecosistema cripto, nos obliga a aprehender conceptos y hacerlos nuestros, algunas veces sin tiempo a interpretarlos.
En el mundo cripto, el concepto de staking proviene de uno de los mecanismos más existosos para lograr consenso en las cadenas de bloques. El consenso de Proof of Stake determina que para ser validador de la red, debes “stakear” o «bloquear» tus criptomonedas como garantía de tu buen comportamiento. A cambio, recibirás recompensas por firmar un bloque o serás penalizado si tu comportamiento no es el esperado.
Desde aquel uso primigenio, el concepto se ha extendido, llegando a estas alturas de la “cripto-evolución” a ser un sinónimo de depósito de criptomonedas o tokens, a cambio de una recompensa.
Podemos desde aquí, extender por medio del razonamiento lógico, que lo mismo sucederá con nuestro NFT. Depositaremos el mismo en un contrato inteligente y a cambio recibiremos recompensas.
Lo interesante, es descubrir de dónde provienen estas últimas. Sin lugar a dudas, la respuesta guardará íntima relación con las particularidades de cada proyecto.
No es menor recordar, que esta sigla reiterada al borde de su agotamiento, significa “Non Fungible Token” o, en castellano, “Token No Fungible”. Su característica de “no fungibilidad”, viene dada por su carácter único e irrepetible.
Un NFT no podría ser intercambiado, sin consideraciones extras, como si lo puede ser un bitcoin. ¿Cuál sería el problema de intercambiar un BTC por otro igual? o ¿el primer ETH creado, por el más reciente? Ningún problema, ambos poseen el mismo valor y allí reside su fungibilidad.
Ahora, cuando hablamos de NFT la ecuación es sumamente diferente. ¿Qué ser humano, situado dentro de sus cabales, intercambiaría sin más el Bored Ape más “raro” por aquel más “común”? Entiendo que nadie. Esto es porque los NFT encuentran su valor en su escasez, unicidad y, porque no, en su rareza.
Pero dejando de lado las apreciaciones subjetivas, y aquellas que podemos resaltar más cerca de la objetividad, en cuanto a su precio, estamos hablando de un token creado bajo un estándar.
La estandarización a la hora de crear NFTs, tiene una gran ventaja para su posterior utilidad. Al definirse una modo en el cual estos son diseñados, desde el punto de vista de la programación y dejando de lado sus “traits” o características, quienes diseñan contratos inteligentes, saben a que atenerse.
Recorrido este camino, que hemos brevemente desandado, arribamos a nuestra realidad actual. En ella nos encontramos, cada día de modo más frecuente, con proyectos que nos permiten “stakear”, depositar o bloquear nuestros NFTs en un contrato inteligente, para recibir a cambio, una recompensa.
Con el objetivo de dotar de un mejor contexto a esta explicación, bajo la próxima sección, daré algunos ejemplos “tangibles” al respecto.
Las buenas ideas se diseminan con velocidad meteórica, llegando a correr el riesgo de repetición mecánica y carente de sentido. De todas maneras, la idea de staking de NFTs alcanzó distintos proyectos o colecciones de ellos y aquí repasamos algunos de los más renombrados.
Cuando mencionamos a estos monos con cara aburrida, estamos hablando de la colección de NFT más exitosa, hasta la fecha, de nuestra “cripto-historia”. Destronando a los vanguardistas CryptoPunks, los Bored Apes cotizan por encima de cualquier otro NFT jamás creado.
Su éxito, llevó al equipo detrás de su creación a desarrollar una DAO para organizar y tomar decisiones referentes a la comunidad que ha sido generada detrás de estas imágenes. Como no podía ser de otra manera, esta DAO tiene su propio token de gobernanza.
Quienes posean este token, pueden participar de las votaciones y beneficios de esta DAO. Una de las maneras de hacerse con ese token, destinado a los afortunados tenedores de un Bored Ape, es “stakear” o “lockear” su NFT en un contrato a cambio del token APE. El círculo de los “Apes” se cierra sobre si mismo, de manera magnífica.
Aquí la cuestión se relaciona con un juego, alojado en la blockchain de Ethereum. Estos simpáticos lobos, pueden ser “stakeados” o depositados en la plataforma creada al efecto y a cambio recibir el token AWOO.
A diferencia del ejemplo anterior, estos tokens de AWOO, no tienen utilidad fuera de la plataforma de Wulfz. Entonces, ¿dónde se encuentra el sentido de depositar nuestro “lobitos” a cambio de unos 10 AWOO diarios? En la utilidad que tienen dentro de la plataforma, por supuesto.
Haciéndonos de la cantidad suficiente, podremos destinarlos a la adquisición de más NFT de esta colección. Como siempre, estos NFT pueden ser depositados en la plataforma o monetizados en los distintos mercados secundarios que existen, en una red que cuenta con el mayor volumen en cuanto a transacciones de NFTs se refiere.
Abandonamos la red de Ethereum, para aterrizar en Terra. Esta blockchain, cuenta con una colección de NFT que podríamos resaltar como su insignia.
Los Galactic Punks, encontraron su inspiración en los CryptoPunks, pero con un diseño que podemos notar sustancialmente diferente, se han ganado un importante lugar en el ecosistema.
Destinados, quizás desde antes de nacer, a ser un proyecto “Blue Chip”, continúan avanzando en su “roadmap” y cumpliendo sus promesas. En un principio, con lo recaudado por las ventas, montaron su propio validador en la blockchain.
Posteriormente, dieron nacimiento a una DAO, a la cuál pertenecen cada uno de los holders o tenedores de un Galactic Punk. Esta DAO, por medio de votaciones de sus miembros, es la encargada de decidir el destino de las ganancias obtenidas con el validador.
Distintas inversiones se han realizado, sobre protocolos de la propia red. Hoy, para hacerse con la parte que la DAO decide que le corresponde a cada dueño de un Punk, es necesario stakearlo en un contrato. Esta tarea se lleva a cabo, depositando cada NFT dentro de una «cámara criogénica virtual». Tras 21 días, los “rewards” pueden ser retirados. La gamificación le agrega un token divertido a los negocios.
Es más que evidente, si prestamos atención a las “cripto-voces” que se hacen sentir en las distintas redes sociales que contienen sus presencias, el próximo paso es la utilización de los NFT como colaterales de préstamos.
Más de un proyecto o audaz emprendedor se ha animado a sugerir este idea, pero hasta el momento no contamos con una plataforma que haya implementado, con éxito, esta solución tan aclamada por la comunidad.
Sin lugar a dudas, esta petición arroja muchos interrogantes, sobre todo aquellos referentes a como valuar el NFT que se entregaría como garantía a cambio del retiro del préstamo.
Genera cierto vértigo, de solo pensarlo, el nivel de manipulación que una colección de NFT podría llegar a sufrir, por parte de grandes capitales, que busquen beneficiarse de liquidaciones en las plataformas que se animen a dar el primer paso.
Lejos nos encontramos de haber encontrado una solución o propuesta victoriosa en este sentido. El desafío está planteado y las criptomentes se encuentran abocadas a su resolución.
Apenas unos meses atrás, en su primer tweet del año, Vitalik sentenció que el white paper de Ethereum, predijo la existencia o creación del ecosistema DeFi, pero no así de los NFT.
Teniendo en cuenta que una de las mentes más sorprendentes de nuestra época, no fue capaz de predecir el uso que tendría la herramienta que él mismo ayudó a co-crear, ¿cómo podríamos osar predecir el uso que, en solo algunos años, tendrán los NFT?
Quizás aquí resida gran parte de la magia de nuestro mundo. Podemos hacerlo, y de manera gratuita. El hecho de pensar hasta dónde llevaremos la utilidad de los NFT, nos sitúa en escenarios que ni siquiera las mejores películas de ciencia ficción fueron capaces de reproducir.