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TogglePara aquellos que no provenimos del mundo del trading, por momentos nos encontramos perdidos entre tantos conceptos heredados del mercado tradicional. En este sentido, hoy me toca por medio de este artículo inmortalizar la diferencia entre contratos de opciones y contratos futuros.
Precisamente, estamos ante dos conceptos que comparten una gran cantidad de características, lo que puede derivar en confusiones a la hora de referirnos a ellos.
Más allá de repasar sus particularidades comunes, haré hincapié en sus diferencias con el fin de eliminar de raíz las confusiones que estos instrumentos financieros, incluidos en la categoría de los derivados, suelen aparejar.
Sin mayores preámbulos, pasemos a conocer las diferencias entre estos contratos.
Primero, daré el espacio a los contratos de opciones. Estos contratos se refieren a la adquisición de una “opción” de compra o venta de un activo con anterioridad a una fecha determinada. En simples palabras, podemos definir a los contratos de opciones como:
Aquí, el punto interesante es la definición de “opción”. El titular de una opción tiene la posibilidad de vender o comprar un activo, según lo haya acordado previamente, pero no se encuentra obligado. Ojo, aquí nada es gratuito. Hacerse del derecho a elegir, tiene un costo llamado prima. Más sobre estos conceptos en las próximas secciones.
En cambio, cuando nos referimos a un contrato de futuros hablamos de un acuerdo, con carácter legal, para comprar o vender un activo a un precio previamente fijado, en una fecha específica en el futuro. De esta definición, es de dónde proviene su nombre. Rápidamente, nos topamos con la principal diferencia entre estos dos tipos de contratos:
A estas alturas, ya podemos tener en claro la primera gran diferencia entre estos tipos de contratos. De todas maneras, me parece interesante aclarar dos conceptos que introduje en el texto, sin presentación previa.
Tal como adelanté en la introducción, ambos contratos se encuentran comprendidos en la categoría de derivados financieros. Este tipo de instrumentos financieros, se refiere a aquellos que obtiene su valor derivado de otro activo principal. Este activo principal, se lo denomina activo subyacente. En nuestro caso particular, es evidente que el activo subyacente será una criptomoneda.
Entonces, para despejar toda duda. Si estamos frente a contrato futuro de ETH, el activo subyacente será ETH y el precio del contrato guardará relación con el valor de este activo. En cambio, cuando nos topamos con un contrato de opciones sobre BTC, este será el activo subyacente del contrato y del cuál se desprenderá la estimación futura del precio.
Salvados estos conceptos, podemos continuar con los instrumentos que dan nacimiento a este artículo.
A fin de comprender de que se trata cada uno de estos contratos, nada mejor que explicarlos con un ejemplo.
Imaginemos que un experimentado trader, se siente confiado en que el precio de ETH, tras la materialización del “merge”, será superior a su cotización actual. Podría, en este caso, suscribir un contrato a futuro, a una fecha posterior al “merge” con un precio de Ethereum superior al actual.
Sin importar el precio de Ethereum, al momento del vencimiento del contrato este trader deberá hacerse con las unidades de ETH suscritas en el contrato, al precio previamente fijado.
Es necesario destacar, que al día de la fecha contamos con contratos futuros perpetuos, los cuales no poseen fecha de vencimiento. Este tipo de contratos, ha ganando una fuerte popularidad, a raíz de permitir apalancamiento, el cuál por supuesto tendrá un costo, sobre la posición inicial. De este modo, el trader maximiza sus ganancias, pero mismo sentido correrán sus pérdidas, en caso de existir.
En el caso de los contratos de opciones, el ejemplo puede ser similar, pero su desenlace será diverso. Imaginemos las mismas condiciones del ejemplo anterior. Este trader coincide en que el “merge”, será el disparador definitivo del precio de ETH. En este sentido, tras su correspondiente análisis técnico, decide abrir una opción de “call”, o compra, de ETH por encima del valor actual, pero a un valor que según sus estimaciones, será inferior a la cotización de ETH en la fecha determinada.
Hasta aquí, el mismo ejemplo. Pero, las diferencias ya se presentaron. Primero, este trader habrá debido pagar una prima, por hacerse con esta opción. Luego, a medida que la fecha de vencimiento de la opción se acerca, este trader estará en posesión, justamente, de una opción. La opción se reduce a:
Es simple inferir, que de encontrarse ETH a un cotizando por encima del precio determinado en la opción, el trader, sonreirá y ejecutará la opción, comprando ETH a un precio inferior al del mercado.
Sin embargo, si nos encontramos con la situación contraria, que el precio de ETH se encuentre por debajo del precio pactado al momento de suscribir la opción o que su diferencia positiva no sea suficiente para cubrir la prima, sin lugar a dudas, el trader optará por no ejercer su opción y perder únicamente el costo de la prima.
Tras estos simples, pero factibles ejemplos, estamos en condiciones de continuar con nuestro análisis, desde bases comunes de entendimiento.
Quizás, previo a comenzar la lectura de este artículo, te resultara algo más complejo resaltar las diferencias entre un contrato de opciones y uno de futuros. Es probable, que a esta altura del artículo, ya te resulte más simple resaltar algunas de sus diferencias.
De todas maneras, el fin de esta sección es, explicar similitudes y diferencias, para lograr deshacernos de una vez por todas de aquellas confusiones de antaño.
Para aquellos neófitos, haciendo sus primeras armas en el mundo del trading, ya sea cripto o tradicional, pueden resultar instrumentos similares. Si bien, ya hemos resaltado sus mayores diferencias, estos nuevos usuarios, pueden se conducidos al error, por las particularidades que ambos tipos de contratos comparten.
Comenzando con las similitudes, ambos son instrumentos financieros, contenidos por la rama de los derivados. Por lo tanto, su precio depende o se forma en base a un activo subyacente. En nuestro preciado ecosistema, una criptomoneda.
Por otro lado, ambos instrumentos, nos dan la posibilidad de operar montos que exceden nuestro desembolso inicial. Por ejemplo, en el caso de las opciones, por un prima, podemos acceder a la posibilidad de hacernos con un activo que ampliamente supera este valor. En cambio, en los futuros, por medio del apalancamiento, somos capaces de multiplicar nuestro capital, por varias veces.
Sin embargo, hasta aquí llegan las coincidencias más notorias entre ambos contratos. Es tiempo de resaltar las mayores diferencias.
Para entender las diferencias, merece la pena, volver a un concepto del que ya hemos hablado. Con la opción, nos hacemos de un derecho, mientras que con el futuro adquirimos una obligación. Es así, que la opción se ejerce, o no, de acuerdo a las condiciones del mercado al momento del vencimiento. Por otro lado, al ser el contrato de futuro una obligación, la compra o la venta, se perfecciona en la fecha fijada, sin importar el estado macro.
Otra gran diferencia, radica en la periodicidad de las liquidaciones en cada contrato. Mientras que en las opciones, la liquidación se realiza en la fecha de ejecución, en los futuros la liquidación se realiza de modo diario. Esto guarda sentido, ya que no podríamos liquidar una opción cuyo derecho aún no ha sido ejercido. En cambio, al saber que el futuro se ejecutará de todas formas, las liquidaciones parciales, o diarias, son una posibilidad.
Como anticipé al definir cada contrato, en las opciones siempre existe un desembolso inicial, la prima. Podrán, imaginar que esto no siempre es así en el caso de los futuros. Cuando a garantías nos referimos, en las opciones corren a cargo del vendedor, mientras que en los futuros, ambas partes participan de las mismas.
Por último, podemos teorizar sobre las pérdidas. En los futuros, no poseemos demasiado control sobre ellas, mientras que en la opciones, en caso de un mercado desfavorable, al contar con la posibilidad de no ejercer la opción, se minimiza la pérdida al monto abonado como prima.
Decidir dónde poner en juego nuestro capital, ya sea en “spot” o derivados financieros, es una decisión extremadamente personal. Sin lugar a dudas, más allá del perfil del trader, también guardará relación con los conocimientos que sobre estos activos él posea. Se trata de contratos complejos, en los cuales muchas veces, no resulta nada simple, estimar beneficios y pérdidas.
Quizás, para inversionistas institucionales, la barrera del conocimiento y la capacidad superior a la hora de afrontar pérdidas, les permiten correr mayores riesgos, en búsqueda de ampliar sus beneficios.
Por otro lado, es importante resaltar, al hacernos de un contrato de futuro o una opción, no estamos aún poseyendo el activo subyacente. De querer contar con el activo real, ya sea BTC, ETH, ADA o la moneda de elección, deberemos adquirirla en el mercado “spot” o directamente en la blockchain, a través de una web como la de Bitnovo.
Ahora bien, ¿entonces cuándo podríamos inclinarnos por este tipo de instrumentos? Probablemente, en caso de ser traders experimentados, podamos utilizar estos instrumentos en estrategias de:
Si has arribado a la lectura de esta breve conclusión, y he sido capaz de cumplir con mi objetivo, ya te encuentras en condiciones de distinguir de modo simple los contratos de opciones frente a los contratos futuros. Este tipo de instrumentos, ampliamente difundidos en los mercados tradicionales, han llegado para profesionalizar y distinguir al mercado cripto.
El mundo de los derivados financieros, fuera de cripto, representa un total de un cuadrillón de dólares. Literalmente un número difícil de imaginar, más aún cuando lo comparamos con el valor total del mercado de valores mundial, que «apenas» alcanza los 89 trillones de dólares.
Es imperioso, no dejar de hacer énfasis, en que los derivados financieros son instrumentos complejos, los cuales merecen un detenido tiempo de estudio previo a ser utilizados, con el fin de no ser presa de errores comunes que podrán llevarnos a graves pérdidas en nuestras carteras.
De todas maneras, tras echar un breve vistazo a sus números fuera de cripto, podemos inferir que su volumen es causa suficiente para volcarnos a su estudio y posterior, concienzuda, utilización.