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ToggleEn el mundo de las criptomonedas, uno de los conceptos que seguramente hayas escuchado es el de especulación. La especulación se trata de un conjunto de operaciones comerciales o financieras que tienen el objetivo de conseguir un beneficio económico. Para lograr este objetivo se aprovecha la fluctuación de precios en el tiempo, a través de la inversión de un capital. En palabras más simples, se trata de comprar barato y vender más caro.
La especulación destaca por una regla específica y es que un especulador nunca emplea el producto o activo con el que comercia, simplemente lo compra y lo vende. Esta característica diferencia este tipo de operatoria de otras en el mercado. El especulador se centra en perseguir una determinada inversión para lograr una ventaja económica. Para ello aprovecha las fluctuaciones del precio de un activo en el mercado.
En la práctica de la especulación, los especuladores tienen la tarea de intentar “adivinar” cuál será el rumbo futuro de un precio. Una vez hayan tomado una decisión, podrán entrar en el mercado en función de lo previsto. Para entenderlo mejor pongamos un ejemplo; imaginemos que un especulador cree que la siguiente semana será un período alcista para Bitcoin, más de lo esperado. Esto significa que el valor de Bitcoin la siguiente semana será más alto de lo esperado. En este caso, el especulador actuará en el mercado de futuros sobre Bitcoin y comprará más de este activo. Si su predicción es correcta, la siguiente semana su compra valdrá mucho más y podrá vender los BTC. De este modo sacará de beneficio la diferencia de precio.
Un dato que no puede faltar en un artículo sobre la especulación es que esta práctica no garantiza un retorno absoluto del capital invertido. Es más, esta práctica conlleva un riesgo bastante alto. Si por alguna razón, al realizar una inversión, el mercado se mueve en sentido contrario al un especulador había predicho, este sufrirá una pérdida bastante notoria. Esto nos lleva a que para comenzar a especular es necesario contar con conocimientos previos sobre el comportamiento del mercado y del activo en cuestión. De lo contrario, podríamos perder nuestra inversión.
La especulación presenta características que la diferencian de lo que sería “invertir”. En contraste con la inversión, la especulación implica un riesgo mucho mayor y por lo general implica operaciones a corto plazo. En el caso de la especulación, los especuladores arriesgan la mayor parte de su capital con el objetivo de mantener una posición durante un período corto antes de abandonarla. Un ejemplo de especuladores serían los “comerciantes diarios”.
El objetivo de un especulador, como hemos mencionado anteriormente, parte de obtener una ganancia de forma rápida a raíz de un cambio de precio al alza o a la baja. Dichos especuladores muy a menudo incorporan estrategias comerciales largas y cortas en sus maniobras. En este aspecto, la práctica se asemeja un poco a la inversión. El nivel de tolerancia al riesgo «especulativo» será clave en cada operador para determinar su enfoque de los mercados.
Existen numerosos ejemplos de especulación financiera. Entre ellos se incluyen mercados de derivados que pueden ser futuros, con opciones sobre futuros, con opciones sobre acciones, o CFD. Otro ejemplo son las acciones de crecimiento, los fondos de cobertura, los fondos de capital riesgo, los ETF apalancados e inversos y las criptomonedas.
Como bien sabemos, ambas prácticas, aunque persiguen el objetivo de obtener ganancias en el mercado, también cuentan con diferencias claves. A continuación veremos las más importantes.
En cuanto al marco temporal, los inversores por lo general planean mantener una inversión durante un período de tiempo más extenso, en contraste, los especuladores suelen mantener sus posiciones durante un período de tiempo mucho más breve. Atendiendo al riesgo, aunque la especulación frecuentemente representa un riesgo mucho más alto que la inversión, la inversión también supone un riesgo que no debemos considerar bajo o inexistente.
Otra nota diferenciadora es la dirección del mercado. Generalmente y siendo muy pocas las excepciones, los inversores suelen operar en el lado largo de un mercado. Por su parte, los especuladores negocian en ambos mercados, tanto a largo como a corto, en busca de oportunidades en ambas direcciones. La última diferencia notable se encuentra en el enfoque de análisis. Generalmente, los inversores se caracterizan por incorporar un análisis más fundamental en su metodología, por otro lado, los especuladores suelen confiar más en el análisis técnico. Entre sus alternativas se encuentran las tendencias de precios, el flujo de órdenes, la resistencia y el soporte, entre otros.
Al igual que existen características que hacen destacar esta práctica, también existen ventajas que la convierten en una vía atractiva para numerosos inversores. A continuación veremos algunas de ellas: